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EN BUSCA DEL HIDROGENO
¿Qué se puede decir sobre el hidrógeno y la pila de combustible?.
Por cierto, las investigaciones permitieron realizar importantes avances en los últimos diez años.
Con el petróleo que llegó a más de 150 dólares el barril ( hoy en Setiembre de2008 a menos de 100 dólares); recalentamiento del clima; alerta por el terrorismo nuclear; contaminación urbana, etc.: se encendieron todas las luces rojas en materia de energía. Y como en todos los períodos de crisis, aparecen las nuevas perspectivas.
¿Qué se puede decir sobre el hidrógeno y la pila de combustible? Por cierto, las investigaciones permitieron realizar importantes avances en los últimos diez años.
Su inspiración proviene, evidentemente, de la ciencia y de la tecnología
Las pilas de combustible transforman el hidrógeno en electricidad con rendimientos muy superiores a los de los motores a gasolina: 60%, contra 35% a 40% en el caso de estos últimos.
Pero, en la mayoría de los casos, se olvida señalar que el hidrógeno no existe en estado libre en la naturaleza, y que por lo tanto es necesario extraerlo, sea de los hidrocarburos, sea del agua, y que eso requiere un gasto de energía y un costo importante, lo que crearía nuevos problemas.
A partir del metano se podría obtener hidrógeno con un rendimiento del orden del 60%: es decir que se consumiría un recurso fósil que conviene economizar. Además, la reacción genera gas carbónico, lo que se pretende evitar. Es necesario gastar cerca de 5 kw/h de calor para obtener un metro cúbico de hidrógeno, susceptible a su vez de suministrar 3 kw/h de calor por combustión, o 1,8 kw/h de electricidad en una pila de combustible. A partir del agua, lo más simple es descomponerla por medio de electricidad, por electrólisis, para separar el oxígeno del hidrógeno. Pero con las técnicas actuales se necesitan alrededor de 5 kw/h de electricidad para obtener un metro cúbico de hidrógeno. A su vez, la producción de electricidad necesaria implica pérdidas.
Si la electricidad es de origen fósil, el gasto total de energía por metro cúbico alcanza de 7,7 a 9 kw/h, con una emisión asociada de 2,4 a 2,8 kg de C02. Si es de origen nuclear, no hay emisión, pero existen los riesgos específicos de la actividad atómica. Si la electricidad es de origen renovable queda exenta de las dos críticas precedentes, pero deja en suspenso el problema del rendimiento global, de la intermitencia y de la dispersión de algunas de esas fuentes (solar, eólica) que son difíciles de adaptar a los procedimientos industriales de fabricación de hidrógeno. En síntesis, el balance de la operación no es para nada tan brillante como nos dicen. Ello no significa de manera alguna que no exista ninguna posibilidad para desarrollar esa innovación: sin dudas se vislumbran áreas de utilización, tanto en los transportes como en la producción descentralizada de electricidad.
Benjamín Dessus Presidente de la Asociación Global Chance