Calentamiento Global
Resumen
Introducción
El cambio climático ocupa un lugar preferente, no sólo entre la comunidad científica, sino en el conjunto de la sociedad, afectada directamente por unas condiciones meteorológicas que, con frecuencia, adquieren rasgos catastróficos.
Acontecimientos estrechamente relacionados con el clima, acaecidos durante la reciente década de los setenta, pusieron en evidencia la fragilidad de la sociedad actual ante eventos climáticos desfavorables.
De la Conferencia Mundial sobre el Clima surge el Programa Mundial del Clima encargado de sentar las bases de la nueva climatología y nueve años más tarde, en 1988, se crea un Grupo Internacional de Expertos para el Cambio Climático (GIECC), conocido internacionalmente como el IPCC (Intergovernmental Panel for Climate Change) encargado de asesorar a la comunidad internacional sobre los fundamentos científicos del cambio climático, los impactos socioeconómicos de tales cambios y las estrategias de respuesta. Debemos considerar tres hechos fundamentales:
1. Destacar el activo papel de la acción del hombre. Son las transformaciones realizadas en la superficie terrestre como la urbanización y deforestación o, en la composición de la atmósfera debido a la contaminación.
2. La creciente población mundial y el aumento de la demanda, especialmente en la producción de alimentos, exige una estrategia común.
3. Una conciencia cada vez más asentada que los cambios climáticos, tendrán unas consecuencias negativas para el hombre y los ecosistemas terrestres.
El efecto invernadero natural y el balance de radiación
El Grupo de expertos (IPCC) plantea:
“Los principales procesos meteorológicos
que explican el clima, se producen gracias a la energía
procedente del Sol. Esta energía se transmite
mediante un movimiento vibratorio, conocido como radiación y es absorbida por la superficie terrestre y la atmósfera,
transformándose en otra forma de energía,
esencialmente calorífica. Tras esta transformación
el cuerpo absorbente puede emitir radiación,
es decir, cada objeto emite, en diferentes longitudes
de onda, un conjunto denominado espectro de radiación.
La mayor parte de la radiación emitida, se concentra
en una banda reducida del espectro, cuya longitud de
onda es inversamente proporcional a la temperatura del
objeto. Por ello, cuanto más caliente es un cuerpo,
menores serán las longitudes de onda”.
Las consecuencias más significativas, resultantes de aplicar las leyes que acabamos de enunciar –con el Sol con 6000ºC y 18ºC la Tierra- pueden ser resumidas en:
El espectro de radiación solar comprende una amplia gama de longitudes de onda, entre las que podemos destacar, como más significativas desde la óptica climática: las ultravioletas, que comprenden todas aquellas radiaciones con una longitud de onda por debajo de 0,4 micras y las visibles entre 0,4 y 0,7 micras. La mayor parte de la energía emitida por el Sol, se concentra en la banda del espectro comprendida entre las 0,4 y 0,7 micras, mientras que la Tierra emite la mayor cantidad en longitudes de ondas próximas a las 10 micras. Es decir, mientras que la radiación solar es casi toda ella de onda corta, la Tierra emite en onda larga o infrarroja. Este hecho es fundamental para comprender el calentamiento atmosférico y el denominado efecto de invernadero natural y del posible cambio climático.
El efecto de invernadero natural y el balance de radiación
No todas las sustancias absorben la misma cantidad de radiación. De este modo, del total de energía solar que llega a la atmósfera en forma de radiación de onda corta, sólo el 20% es absorbido directamente por la atmósfera, el 50% llega hasta la superficie terrestre y el 30% es reflejado hacia el exterior. Este 30%, es lo que se conoce como albedo y es muy variable en función del tipo de superficie. La superficie terrestre al calentarse emite radiación en la banda infrarroja, parte de la cual escapa al espacio exterior a través de las denominadas ventanas de radiación y otra parte, más del 90%, es retenida por los gases que componen la atmósfera. Esta, a su vez, se convierte en una emisora, devolviendo parte de la radiación recibida hacia la Tierra y otra hacia el espacio exterior.
El papel regulador que ejerce la atmósfera es conocido como el efecto de invernadero natural y, gracias a él, sucede que la temperatura media de la Tierra se mantiene en torno a los 15 ºC, frente a los -18 ºC que tendría en caso de no existir la atmósfera. De los distintos gases que componen la atmósfera, los más activos, que se consideran más adelante, son los llamados Gases de Efecto Invernadero (GEI). La mayor parte de ellos tienen su origen en los procesos relacionados con la actividad humana y, su evolución y control, son claves en la evolución del clima actual.
Modificaciones del balance de radiación: cambios climáticos
A lo largo de la vida de la Tierra se han producido cambios climáticos importantes, todos ellos relacionados con alteraciones en el balance de radiación.
Nos interesa referirnos a las tienen su origen en la superficie terrestre y afectan al balance de radiación de dos formas:
Por la modificación de la composición
de la atmósfera, al aumentar las concentraciones
de gases de efecto invernadero o por la emisión
de otros componentes como cenizas o partículas
sólidas. En unos casos, estas emisiones son de origen natural como sería el
caso de la actividad volcánica; en otros, debido
a la actividad del hombre.
Por cambios en la capacidad de absorción
de la superficie terrestre y en el albedo debido
a la deforestación, las prácticas agrícolas
y ganaderas y a la urbanización, que modifican
las características físicas de los materiales
terrestres.
Acción del hombre sobre el cambio climático: gases de efecto invernadero
El IPCC tiene como objetivo fundamental evaluar la importancia de los GEI en el forzamiento radiactivo del clima y determinar el papel que las actividades humanas desempeñan en el aumento de las concentraciones de estos gases en la atmósfera.
§ El vapor de agua es el principal gas de efecto invernadero. Su concentración no depende directamente del hombre y es muy variable, por lo que es difícil su tratamiento en los modelos predicativos del IPCC. No obstante, es lógico esperar un aumento como consecuencia del calentamiento global, cuyos efectos serían, por un lado, un incremento en el reforzamiento del efecto invernadero; por otro, un enfriamiento puesto que el aumento de la nubosidad supondría un obstáculo a la penetración de la radiación solar.
§ El dióxido de carbono (CO2) o anhídrido carbónico, es el más importante por su mayor proporción en la atmósfera. Su contribución al forzamiento radiactivo es del 50%. Se produce por la respiración de los seres vivos, por oxidación de la materia orgánica y por combustiones. La aportación se debe a dos procesos esenciales:
a) El uso de combustibles fósiles y la producción de cemento. Ambos procesos han experimentado un crecimiento desde 1860 próximo al 4% anual, con interrupciones importantes debidas a los dos conflictos bélicos mundiales y a descensos notables en el período comprendido entre 1973 y 1979 relacionados con la crisis del petróleo
b) Los cambios en los usos de las tierras es la segunda causa de la contribución al CO2. La emisión total a la atmósfera es debido a la deforestación, la quema asociada al cambio de uso de las tierras, la descomposición de la biomasa in situ (raíces, árboles talados, ramas), la oxidación de los productos de la madera retirados de su entorno (papel, maderas, residuos) y la oxidación del carbono en el suelo. El tiempo que tarda el CO2 en adaptarse a las fuentes o sumideros es del orden de 50 - 200 años en función del lento intercambio de carbono entre las aguas superficiales y las profundas. En consecuencia el CO2 que se emite hoy en la atmósfera influirá durante siglos en las futuras concentraciones de carbono y con objeto de estabilizar las concentraciones sería necesario reducirlas entre un 60 y un 80%.
§ El metano (CH4), a diferencia del anterior, se origina por la fermentación de la materia orgánica y las principales fuentes de emisión están asociadas a ciertas actividades agrícolas. Su contribución al calentamiento global es del 15%, en gran parte, debido a su capacidad de absorción de la radiación infrarroja procedente de la Tierra, pero también, por ser uno de los principales agentes introductores de agua en la atmósfera y porque su presencia está muy relacionada con las reacciones entre el CO, el O3 y otros gases de efecto invernadero. Las previsiones del IPCC estiman necesaria una reducción del 15-20% para estabilizar las concentraciones a los niveles actuales.
§ Los halocarburos son sustancias cuya presencia en la atmósfera se debe exclusivamente a la actividad humana, siendo inexistente antes de la revolución Industrial. Con este nombre se agrupan numerosos compuestos, entre los que destacan los clorofluorocarburos, CFC, en cuya composición aparece el flúor y el cloro y los halones, que contienen bromo y flúor. Por sus características (bajo punto de ebullición y no tóxicos ni inflamables), se ha generalizado su uso como disolventes, en la conservación de alimentos, cosmética, fabricación de espumas, chips, agentes extintores y en la industria del frío. Su proporción en la atmósfera es muy pequeña (0,5 ppmmv: media parte por mil millones de volumen) y durante mucho tiempo se les ha conocido más como destructores de la capa de ozono que como gases de efecto invernadero. Sin embargo, su larga permanencia en la atmósfera (80 hasta 400 años) y su alta capacidad de absorción en las bandas del infrarrojo determina que su contribución al calentamiento global sea del 24% , el segundo en importancia tras el CO2.
§ El óxido nitroso (N2O), procedente de la quema de la biomasa, contribuye en menor cuantía al calentamiento global, en torno al 6%, debido a su corta duración en la atmósfera y a que los flujos emitidos parecen ser bastante más bajos de lo estimado.
§ El ozono (O3). Es necesario diferenciar el ozono troposférico y el estratosférico. El primero se forma en las bajas capas de la atmósfera como consecuencia de las reacciones entre diversos precursores, como los óxidos de nitrógeno en presencia de la radiación solar; es el principal exponente del smog fotoquímico asociado a las emisiones del tránsito de rodados. El ozono estratosférico se localiza en torno a los 23 km por encima de la superficie terrestre y desempeña un importante papel en el balance de radiación global por la absorción tanto de la radiación solar ultravioleta como de la radiación terrestre de onda larga. La disminución del ozono estratosférico puede modificar la temperatura de la superficie mediante dos procesos: por una parte, penetraría más radiación solar, contribuyendo al calentamiento de la superficie; por otra, se produciría un enfriamiento al disminuir la absorción de radiación de onda larga. Ambos efectos parecen tener magnitudes similares, por lo que su efecto como gas de invernadero es pequeño. No obstante, como quedó establecido cuando se mencionó al CO2, puede contribuir al aumento de este último como consecuencia de los daños que un aumento de los rayos ultravioleta provocaría en la biomasa terrestre. El ozono de la estratosfera juega un importante papel para la vida en el planeta al impedir que las radiaciones ultravioletas lleguen a la superficie. Uno de los principales problemas ambientales detectados en los últimos años ha sido la destrucción de este ozono estratosférico por átomos de Cloro libres liberados por los Clorofluorocarburos (CFC) emitidos a la atmósfera por la actividad humana. Estos Son productos muy poco reactivos, lo que hizo que fueran la solución óptima para la fabricación de frigoríficos, goma espuma, extintores, aerosoles, y como fumigantes en la agricultura (bromuro de metilo), etc. Sus cualidades son tan óptimas para estos usos que, en las últimas décadas, los hemos fabricado y usado en cantidades crecientes. De esta forma, poco a poco, han ido acumulándose en la atmósfera. Pero su principal ventaja -la estabilidad- ha sido también el origen de sus efectos dañinos. Ascienden, sin ser destruidos, hasta la estratosfera y, una vez allí, las radiaciones ultravioletas rompen las moléculas de CFC, liberando los átomos de cloro responsables de la destrucción del ozono. El cloro atómico actúa como catalizador, por lo que un solo átomo puede atacar cientos de miles de moléculas de ozono. El resultado es un adelgazamiento y agujeros en la capa de ozono.
De todo lo expuesto hasta ahora las conclusiones que, a modo de resumen, podemos destacar son:
1.ª El incremento notable de los gases de efecto de invernadero desde la época preindustrial, mayor en las últimas décadas, pone en evidencia el importante papel que la actividad humana ha tenido y tiene en este proceso (Cuadro 1).
Cuadro 1. Evolución de las concentraciones de los principales gases de efecto invernadero (GEI)
CO2 |
CH4 |
N2O |
CFC |
HCFC |
CF4 | |
Preindustrial | 280 ppmv |
700 ppbv |
275 ppbv |
0 | 0 | 0 |
1994 | 358 ppmv |
1720 ppbv |
312 ppbv |
268 pptv |
110 pptv |
72 pptv |
Incremento | 0,4%/año |
0,6%/año |
0,25%/año |
5%/año |
2%/año |
Fuente: IPCC, 1995. ppmv: partes por millón en volumen - ppbv: Partes por mil millones - pptv: partes por billón.
2.ª La contribución del conjunto de los GEI en el forzamiento radiactivo del clima es bastante mayor que la provocada por cualquiera de los otros mecanismos susceptibles de modificar el sistema climático. Las magnitudes estudiadas, indican aumentos notables en el balance de radiación desde 1765 y con un ritmo creciente en las décadas más recientes.
3.ª En la actualidad el mayor gas de efecto de invernadero es el CO2 que, como vimos, contribuye en un 50% al calentamiento total, seguido de los clorofluorados y el metano, debido a la mayor proporción de CO2 presente en la atmósfera. Sin embargo el potencial de calentamiento global (GWP: Global Warming Potential), que podemos definir como el calentamiento que una unidad de gas emitida en un momento determinado, producirá en diferentes horizontes temporales, es bastante importante para otros gases (Cuadro 2), por lo que, de no producirse la reducción de las emisiones de gases como el metano o el óxido nitroso, el reforzamiento del efecto de invernadero se vería agudizado.
Cuadro 2: Potencial de calentamiento del globo (CWP) de diferentes gases según el IPCC de 1995, referidos al del CO2.
Gas
|
Potencial
de calenamiento |
||
A
los 20 años |
A
los 100 años |
A
los 500 años |
|
CO2 |
1 |
1 |
1 |
CH4 |
20 |
7,6 |
2,4 |
N2O |
280 |
310 |
170 |
Fuente: IPCC, 1995.
Estos graves problemas son producto, en gran medida, de las actividades humanas vinculadas a:
- Quema de combustibles fósiles (petróleo, gas y el carbón en las usinas termoeléctricas).
- Fábricas.
- Automóviles.
- Aviones.
- Calderas de calefacción.
- Quema de bosques.
- Tecnologías industriales y de fabricación sucia.
- Clorofluorocarbonos que se utilizan en aplicaciones industriales, comerciales y militares.
- El aire acondicionado.
- La propulsión de aviones y cohetes.
- Rociadores en aerosol.
- Aparatos eléctricos y espuma plástica.
Desde entonces se han desarrollado importantes investigaciones sobre los temas mencionados.
En la última década, varios modelos complejos de circulación general (GCMs), han intentado simular los cambios climáticos antropogénicos futuros. Han llegado a las siguientes conclusiones:
- Se producirá un calentamiento global promedio entre 1,5 y 4,5 º C, siendo la estimación más aproximada de 2,5º C.
- La estratosfera se enfriará significativamente.
- El entibiamiento superficial será mayor en las altas latitudes en invierno, pero menores durante el verano.
- La precipitación global aumentará
entre 3 y 15%.
Habrá un aumento en todo el año de las precipitaciones en las altas latitudes, mientras que algunas áreas tropicales, experimentarán pequeñas disminuciones. Modelos más recientes, dependientes del tiempo, que acoplan los componentes oceánicos y atmosféricos, han entregado estimaciones más confiables; los resultados más significativos indican:
- Un calentamiento global promedio de 0,3º C por década, asumiendo políticas no intervencionistas.
- Una variabilidad natural de aproximadamente 0,3º C en temperaturas aéreas superficiales globales, en una escala de décadas.
- Cambios en los patrones regionales de temperatura y precipitaciones similares a los experimentos de equilibrio.
Como conclusión, la temperatura global promedio podría aumentar entre 2 y 4º C para el año 2100, si el desarrollo global continúa a los ritmos actuales.
Si las naciones no actúan, el mundo podrá experimentar numerosos impactos adversos como resultado del calentamiento global futuro.
2.- Consecuencias posibles
Del cambio climático: aumento del nivel del mar que amenazará las zonas del litoral, que sumergiría islas, zonas bajas continentales y más de cincuenta ciudades importantes (Venecia y parte de Nueva York); la desertificación; malas cosechas por condiciones climáticas extremas; alteraciones en los fenómenos de las estaciones como los monzones y regímenes de lluvias imprevisibles con extremos de inundaciones; avalanchas y deslizamientos.
Por agotamiento de la capa de ozono: daños a los cultivos; al plancton oceánico y a los ecosistemas más sensibles, con una mayor incidencia de cánceres cutáneos, cataratas y enfermedades del sistema inmunológico humano tales como el SIDA; rebrote de enfermedades como la malaria, paludismo y dengue. Según la OMS mueren 160.000 personas en el mundo por secuelas colaterales y dentro de veinte años la cifra se duplicará.
Informe producido en Setiembre de 2005 sobre calentamiento global
- El deshielo del ártico comenzó en 2005 antes de tiempo. La superficie cubierta por hielo marino en el Ártico se ha reducido por cuarto año consecutivo. La reducción de este mes es la mayor en más de un siglo. El 19 de septiembre de 2005 el área cubierta por el hielo se redujo a 5,35 millones de kilómetros cuadrados, la menor cantidad desde 1978, cuando comenzaron las mediciones satelitales. Los científicos calculan que la tasa de descongelación es de un 8% por década y, a ese ritmo, en el verano del 2060 podría no haber hielo. Lo que estamos viendo es parte del aumento del efecto de invernadero. Para el año 2100 habrá un aumento en la temperatura que oscilará entre 4 y 7 grados centígrados.
- Sin hielo en 2080. Estos últimos datos permiten establecer una desaparición del 8% del hielo ártico por década, porcentaje que refuerza las teorías de que el Ártico pueda quedarse sin hielo durante el verano a partir del 2080.
- Los efectos del calentamiento global se amplificarán, pues, cuando el hielo sea sustituido por un océano oscuro la superficie del mar absorberá más energía solar que, de otra forma, se reflejaría en el hielo y volvería al espacio. "Con toda ese agua oscura habrá un aumento del calor que almacena el Ártico y por ello, cuando llegue el otoño y el invierno se hará más difícil que aparezca el hielo". "Posteriormente, en la siguiente primavera, como quedará menos hielo será más fácil que se pierda al año siguiente".
- Si el calentamiento persiste a este ritmo, para el año 2100 el casquete polar se habrá fundido totalmente en verano.
- En esta trágica temporada de huracanes, las investigaciones vinculan, cada vez más, un aumento en la intensidad de las tormentas tropicales con el calentamiento global. El calentamiento global aumenta el riesgo de tifones y causa cerca de 10.000 muertes al año en Asia .Unas 10.000 personas de la región de Asia-Pacífico fallecen cada año como resultado de los factores asociados al calentamiento global, tales como la enfermedad del mosquito-borne, según han informado expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Asimismo, el riesgo de sufrir tifones, ciclones e inundaciones en la zona se incrementa notablemente.
- ‘Este número puede incrementarse entre los próximos 50 y 100 años. Las investigaciones preliminares sugieren que el crecimiento de las temperaturas globales ya se dirige a niveles extremos en la región, incluyendo inundaciones, sequías y tifones.
- Pero el número de muertes debido a los diversos desastres naturales -inundaciones, sequías, tormentas- se ha incrementado hasta una cantidad que oscila entre el 30 y el 40 por ciento. Con el paso del tiempo la población de la región será más vulnerable a las condiciones meteorológicas desfavorables.
- Las principales tormentas, huracanes y tifones (entre ellos se ubican al Katrina, el Rita, y las grandes hondas tropicales que azotan el Caribe y Mesoamérica y otras partes de la tierra y no se trata de meros ciclos de la naturaleza) ocurridos en los últimos tiempos en distintos partes del mundo se están intensificando y tendría notable incidencia el calentamiento global.
Propuestas y Políticas de Actuación
Previamente se debe señalar y destacar la importancia del Protocolo de Kyoto.
Protocolo de Kyoto
El Protocolo de Kyoto surgió de la primera reunión realizada en la ciudad japonesa de Kyoto, y fue firmado el 11 de diciembre de 1997, frente a la gravedad de la contaminación ambiental.
Su vigencia fue establecida en noviembre de 2004, con la suscripción de Rusia, logrando superar el mínimo exigido por países que lo acordaron.
Consecuentemente, cumplidos los aspectos formales, efectivamente se concretó el 16 de febrero de 2005, con 141 adherentes. Quedan fuera, por decisión propia, EEUU y Australia.
Contenido del Protocolo de Kyoto
Se aplica a las emisiones de seis gases de efecto invernadero:
- Dióxido de carbono (CO2);
- Metano (CH4);
- Óxido nitroso (N2O);
- Hidrofluorocarbonos (HFC);
- Perfluorocarbonos (PFC);
- Hexafluoruro de azufre (SF6).
Representa un importante paso hacia adelante en la lucha contra el calentamiento del planeta, ya que contiene objetivos obligatorios y cuantificados de limitación y reducción de gases de efecto invernadero. Globalmente, las Partes del Anexo I de la Convención Marco se comprometen a reducir sus emisiones de gas de efecto invernadero en al menos un 5% con respecto al nivel de 1990 durante el período 2008-2012. El Anexo del Protocolo contiene los compromisos cuantificados suscritos por las Partes.
Para alcanzar estos objetivos, el Protocolo propone una serie de medios:
- Reforzar o establecer políticas nacionales de reducción de las emisiones (incremento de la eficiencia energética, fomento de las formas de agricultura sostenibles, desarrollo de fuentes de energías renovables, utilización de la energía solar y eólica, etc.);
- Cooperar con las demás Partes contratantes (intercambio de experiencias o datos, coordinación de las políticas nacionales en un afán de eficacia mediante mecanismos de cooperación, como el permiso de emisión, la aplicación conjunta y el mecanismo de desarrollo limpio).
Las Partes establecerán un sistema nacional de estimación de las emisiones antropogenias por fuentes y de absorción por sumideros de todos los gases de efecto invernadero que no estén regulados por el Protocolo de Montreal, a más tardar un año antes del primer período de compromiso.
Según el Banco Mundial, a fin del Siglo XX, el envío anual de dióxido de carbono de todo el orbe, fue equivalente a 22.519,8 millones de toneladas métricas. El crecimiento es grande. De seguir este ritmo la humanidad se acerca a una catástrofe.
Según el Protocolo de Kyoto, se adjudicó a los países desarrollados el mayor costo de esa tarea por su participación mayoritaria en la generación del problema.
En los países de menores ingresos, ubicados debajo de la línea del Ecuador, deberían ejecutarse acciones semejantes.
Así como EEUU impugna al Protocolo de Kyoto por “falta de realismo” y falta de rigurosidad científica a las investigaciones sobre el tema, se contrapone la actitud asumida por la Unión Europea. Esta puso en vigencia, a partir de comienzo de 2005, un régimen de compraventa de emisiones de carbono. Esto castigará a las empresas más contaminantes y premiará a las que empleen métodos “limpios”.
En la sumatoria mundial corresponde a EEUU, donde vive el 4,65% de la población mundial, nada menos que el 24,4% de la emisión total.
Propuestas y Políticas de actuación
Tecnologías eficaces. Poseemos las tecnologías y conocemos las políticas de actuación que serían eficaces para reducir significativamente las emisiones de gases con efecto invernadero. Así, por ejemplo, en los diferentes sectores implicados se podrían tomar medidas como las siguientes:
En la producción y uso de energía
- Aumentar la eficiencia en el reciclado de materiales y sustituir materiales y procesos derrochadores por los que provocan menores emisiones de gases invernadero.
- Usar vehículos de transporte que sean eficientes, ligeros y de diseño con poca resistencia aerodinámica .
- Cambios en el estilo de vida y en los hábitos de transporte.
- Uso de combustibles y energías alternativas que no incrementen las emisiones.
- Construcción de viviendas y edificios que usen la energía con mayor eficiencia.
- Uso más eficiente de los combustibles fósiles para producir electricidad.
- Sustitución del carbón por petróleo y, a estos dos, por gas natural, en la medida posible.
- Reducir los escapes, especialmente de metano, en la extracción y distribución de los combustibles.
- Usar más energía nuclear (si se logran solucionar los problemas que supone el almacenaje de los residuos de la combustión).
- Usar más energías renovables. Puntualizamos las energías: solar, hidráulica, eólica y los combustibles alternativos y renovables.
Combustibles alternativos y renovables.
1. El uso de biocombustibles en gran escala (etanol-biodiesel), implica no desplazar no más allá del 20% al petróleo. Aquellos se obtienen a partir fundamentalmente del maíz y de la caña de azúcar para el etanol y de la soja para el biodiesel. Para este último, como una buena alternativa, se está encarando con éxito una oleaginosa, no comestible, de origen asiático, que es la fatrotha. El PEN promulgó el año pasado la Ley 26.063. Este instrumento otorga subsidios a la producción de biocombustibles y establece que, a partir del año 2010, todos los combustibles para uso vehicular que se expendan en Argentina, deberán tener un corte en su composición de, al menos, un 5% con biocombustibles.
2. Dado el interés por estos productos agropecuarios para la fabricación de biocombustibles, lo expresado puede atentar contra el precio y cantidad de alimentos, ante la gran cantidad de personas que en el mundo sufren hambre, siempre y cuando no se planifique.
3. Se pretenderá, frente a una demanda potencial futura, no extender el área sembrada a costa de bosques autóctonos que hay que preservar.
4. La ampliación de los cultivos señalados, atendiendo a la futura expansión de los biocombustibles, es factible, aunque se pretenda llegar al 20% del consumo energético, sin disminuir la cosecha ya alcanzada de cereales y oleaginosos, lo que exigiría un incremento de la producción en un 50% hasta el 2015. Dice el economista Salvador Treber: “La solución integral no está en oponer como opciones irreconciliables alimentos o biocombustibles, sino crear e impulsar el uso intensivo del planeta, para que se cumplan las dos finalidades sin desmedro recíproco y ello es posible”.
En la industria
Se podría reducir muy notablemente la liberación de gases con efecto invernadero en algunos procesos industriales que los usan: producción de hierro, acero, aluminio, cemento, etc. Así, por ejemplo, medidas como la modificación de los procesos de fabricación, la eliminación de algunos disolventes, sustitución de determinadas materias primas.
En agricultura y explotación forestal
Uso de biomasa en sustitución de los combustibles fósiles.
Adecuadas políticas de explotación forestal que detengan la deforestación y que regeneren los bosques allí donde han sido destruidos pueden, es indudable, "secuestrar" grandes cantidades de carbón en los bosques.
Pero para lograr que las tecnologías anteriormente citadas, y otras similares, se vayan introduciendo se requiere:
- Que se reduzcan las barreras a la difusión y transferencia de tecnologías;
- Que se usen los suficientes recursos financieros;
- Que se ayude adecuadamente a los países con economías menos desarrolladas;
Necesidad de adoptar Medidas Políticas,
Económicas y Sociales
Estas medidas seguramente pueden reducir las
emisiones GEI :
- Poner en marcha las necesarias instituciones y estructuras.
- Estrategias del precio de la energía, como por ejemplo, impuestos sobre el carbón u otras formas de energía y reducción en los subsidios de algunas formas de energía más contaminantes.
- Desechar algunas acciones que incrementan las emisiones como son algunos subsidios, la no “internalización” de los costes ambientales, precios distorsionados en la agricultura y transportes, etc.
- Programas de reducción voluntarios negociados con las empresas industriales.
- Estimular la investigación y el desarrollo.
- Medidas de mercado que impulsen el uso de las nuevas tecnologías.
- Incentivar las energías renovables.
- Educación, entrenamiento e información de los ciudadanos y trabajadores.
Esfuerzos y búsquedas
Todos los datos anteriores desde 1992, los estudios de expertos, los análisis científicos y las noticias mundiales actuales en las grandes redes de información, nos dicen que la tierra esta cambiando precisamente por la actividad humana, pero esta actividad humana tiene un nombre especifico: Sociedad consumista, el aumento de la brecha entre pobres y ricos, el aumento de la injusticia, la pobreza, la ignorancia, los conflictos violentos, la política militarista e intervensionista, causa destrucción a la vida humana y a los ecosistema de la tierra.
El aumento de la población ha sobrecargado los sistemas ecológicos y sociales, de modo que la capacidad de soporte está en el límite. Existe una seguridad global y un mantenimiento de la política de las grandes naciones a favorecer y defender a las corporaciones internacionales en su afán de saquear los recursos de la tierra y fomentar el consumo.
En definitiva la ausencia de la ecología política en las tomas de decisión. Los instrumentos -tratados internacionales- referidos anteriormente, constituyen verdaderas fuentes, esfuerzos, análisis y recomendaciones que no solo deben ser reconocidos por los estados, firmados por los ejecutivos y ratificados por los congresos, sino verdaderamente implantados en el más profundo nivel local, regional y nacional.
Hay que realizar mayores inversiones en el ámbito de la seguridad ambiental para una “sustentabilidad” global. Lo cual implica superar la visión “economicista”, militarista e “ideologizante” de grandes tradiciones culturales, políticas y de Estado. No basta con crear, formular y publicar declaraciones sin un debido compromiso real. Más allá de los protocolos y los discursos elegantes están los desafíos reales. Los problemas Ecológicos y de Seguridad nos afectan a todos por igual.
Adoptar la meta de limitar los niveles de CO2 en la atmósfera a 450 ppm en el periodo más corto posible como lo ha pedido el IPCC. Los países desarrollados tendrán no sólo cumplir el Protocolo de Kyoto (-5% de los niveles de 1990 para el año 2008-2012 globalmente, -8% para los países de la Unión Europea, -6% para EE.UU.) qué aún, cuando es un paso en la dirección correcta, es ampliamente insuficiente. Pero también lograr una reducción entre -20% a -30% para el año 2020; la meta de -70% a -90% que pueda alcanzarse a finales del siglo. Además, la acción debe incluir la reducción de las emisiones de los otros gases de efecto invernadero.
Urgir la entrada en vigencia del Protocolo de Kyoto, consecuentemente con esta meta, insistimos en que las reglas de implementación conduzcan hacia una reducción real de emisiones de las fuentes industriales de los países desarrollados, incluyendo un sistema de penalizaciones por el incumplimiento. Trabajar por el establecimiento de un marco internacional de rendición de cuentas e información sobre emisiones para las corporaciones transnacionales, ligado a los impuestos globales de carbón y a cargas ambientales globales permitidas.
Trabajar intensamente para asegurar que los países en desarrollo tengan acceso a las tecnologías más eficientes, sostenibles y apropiadas; con un enfoque decidido en energía renovable y para que aquellos estén de acuerdo con las convenciones de cambio climático para asegurar que las acciones sean comprensivas y globales. El principio de equidad debe estar en el centro fundamental de las negociaciones y medidas del cambio climático.
Situación en Argentina
Las proyecciones indican que Argentina no está a salvo del calentamiento global
Nuestra situación no es menor frente al contexto global. Si bien no presenta altos índices de emisión de dióxido de carbono, nuestro país tiene un gran desafío por delante: un mejor control de los procesos agrícolas (teniendo en cuenta el alto grado de deforestación de los bosques nativos) y la implantación de manera seria y coordinada de los Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL).Según los metereólogos, para la Argentina se espera que, en promedios generales, aumente el calor. Como consecuencia, muchas de las nubes cargadas de lluvia no van a llegar al interior, sino que van a dejar su carga en las zonas costeras. Esto significa que vamos a tener una combinación de grandes lluvias en las zonas costeras con sequías en el interior. Las tormentas marinas más intensas podrían aumentar la erosión costera, lo que significaría perder toda arena de las playas de Gessell, Pinamar y San Clemente. Esas mismas tormentas podrían afectar la ciudad de Viedma, que está a solo 2,50 metros sobre el nivel del mar, lo que determinaría su abandono.
Según la Red de Estudios Sociales en Prevención de Desastres en América Latina, entre 1971 y 2003, en Argentina ocurrieron más de 13 mil eventos catastróficos entre inundaciones, incendios, nevadas, contaminaciones, sequías, vendavales, epidemias, explosiones, sismos, aluviones, lluvias, plagas, olas de calor, erupciones, entre otros. Más del 40% de los eventos evaluados son inundaciones, que son los de mayor impacto negativo.En estos 32 años, las inundaciones provocaron 49,5 millones de hectáreas de tierra anegadas, más de un millón y medio de evacuados, 3.812 muertos, 146 mil heridos, 47 mil viviendas destruidas y más de 114 mil viviendas afectadas.
En Argentina una de las más serias aristas desde la que se ha tomado acción contra el calentamiento global, ha sido el nivel de precipitaciones y el derretimiento de los glaciares. Por un lado, el derretimiento de los glaciares y el consecuente aumento de los niveles de agua en los océanos; y por otro, la escasez de lluvia en zonas subtropicales y tropicales, mientras que en otras zonas más húmedas, las precipitaciones irán en aumento.
Debe ser de particular llamado de atención la intensidad de las lluvias en el norte de la provincia de Salta, el notable aumento del caudal del río Tartagal, la deforestación de sus zonas aledañas ejecutadas por entes privados y los consecuentes y trágicos deslizamientos de tierras. Un párrafo especial merece las inundaciones en la provincia del Chaco, como consecuencia de los desbordes en la cuenca del Bermejo.
No olvidemos, que en Abril de 2003, por causas antrópicas, se inundó la Ciudad de Santa Fe, cuando el Río Salado se desbordó.
Recordemos, en nuestra provincia, los desastres acaecidos en San Carlos Minas, en enero de 1992, cuando una lluvia torrencial convirtió al inofensivo Río Noguinet, en un aluvión de 300 metros de frente por 8 metros de alto. Treinta casas fueron destruidas, otro centenar dañadas y hubo 35 muertos.
Es capital que nuestros científicos, climatólogos y técnicos, en un análisis y trabajo multidisciplinario, propongan las medidas conducentes a evitar las tragedias que se están produciendo en una escala cada vez mayor y que el Gobierno y los organismos competentes las adopten como propias.
Nada fácil parece el Cambio Climático y en tanto las autoridades no tomen más seriamente la necesidad de intensificar la concienciación, los argentinos veremos modificado nuestro modo de vida antes de lo previsto.
Asociación Profesional de Ingenieros Especialistas (APIE)
Colaboraron:
Ing. Mec. El. Luís Chernicoff
Ing. Química Patricia Lapiana
Ing. Mec. Electricista Fernando Ocaña
Madrid
Ing. Mec. Electricista Raúl
Defagot