Chocaron dos submarinos en el segundo mayor océano del mundo, el Atlántico.
El Ministerio de Defensa de Francia confirmó hoy la colisión entre dos submarinos, uno de ese país y otro británico, ambos a propulsión nuclear, a principios de febrero en el Atlántico Norte, y aseguró que el accidente no tuvo "consecuencias" para "la seguridad nuclear". Se trata de un incidente sin precedentes en el fondo del Atlántico del Norte. Por ahora se ignoran las causas. Una investigación intenta determinar cómo dos submarinos de esa magnitud pudieron encontrarse en el mismo punto del Océano pese a los sofisticados sistemas de radar a disposición de ambos medios navales. Las autoridades mantienen silencio y apelan al secreto militar.
"Es un incidente muy grave. Es la primera vez que dos submarinos de dos naciones amigas se ven involucrados en un accidente de este tipo", opinó alarmado el experto Stephen Saunders.
Las dos naves, la británica HMS Vanguard y la francesa Triomphant, en misiones separadas en el Atlántico del Norte, ambas en grado de lanzar misiles balísticos nucleares -cada uno contaba con 16 a bordo- habrían resultado dañadas en el accidente, pero sin averiarse los reactores nucleares.
Las autoridades militares confirmaron así las informaciones de la prensa británica que anunciaba una colisión entre los submarinos, de 140 metros de largo el francés y de 150 metros el británico, armados cada uno con 16 misiles nucleares balísticos de cabezas múltiples y con 250 marinos a bordo en ambos vehículos. Cada navío carga una potencia nuclear equivalente a la de 1248 bombas atómicas como la arrojada en Hiroshima.
Naturalmente los respectivos estados mayores relativizan el riesgo de una deflagración atómica, pero llama la atención las dimensiones de la negligencia. Como sorprende la hipótesis más probable en juego: de tanto perfeccionarse los sistemas antisonar, los submarinos se han hecho lo suficientemente invisibles como para quedarse... ciegos.
Algunas reacciones
Inicialmente, Defensa de Gran Bretaña, declaró que no hace comentarios sobre las operaciones de los submarinos de su flota, aunque aclaró que no se suscitó una situación en la que pusiera en riesgo la seguridad de los submarinos, de la tripulación o de las armas a bordo.
El diario "The Sun", que dio la primera noticia sobre la colisión, ofreció las declaraciones de un alto oficial de la Armada no identificado, quien destacó que en un choque de este tipo las consecuencias son "inimaginables". "Es muy poco probable que se hubiera podido producir una explosión nuclear, pero sí existe la posibilidad de una fuga radiactiva. Peor aún, podríamos haber perdido la tripulación y las cabezas nucleares. Hubiera sido un desastre nacional", dijo.
El portavoz del Partido Liberal Demócrata para cuestiones de Defensa, Nick Harvey, exigió al Gobierno que abra una investigación de manera inmediata y haga públicos sus resultados.
"Ahora que el incidente es del dominio público, los británicos, los franceses y el resto del mundo deben recibir garantías de que esto no puede volver a pasar y de que se están sacando conclusiones de lo que ha ocurrido", dijo Harvey.
Desde el Partido Nacional Escocés (SNP), Angus Robertson manifestó que "el Ministerio de Defensa ha de explicar cómo es posible que un submarino que lleva armas de destrucción masiva colisione con otro submarino equipado con un armamento similar en medio del Atlántico”.
La organización Campaña por el Desarme Nuclear describió el incidente "como una pesadilla nuclear de primer orden" y su coordinador en Escocia, John Ainsile, dijo que este incidente "pone de relieve el peligro de tener submarinos nucleares en el mar cuando no existe una amenaza para Gran Bretaña".
"(Los misiles) Trident son un peligro para todos nosotros y no hacen nada para mejorar nuestra seguridad. Lo menos que se podría hacer es ordenar el regreso inmediato de los buques a sus bases", declaró.
Lo cierto es que este accidente, crea zozobra y abre interrogantes sobre la seguridad del Planeta.
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