A P I E   I n f o r m a

Boletín periódico bimensual | Número 23 - Junio de 2012

 Boletín Energético Nº 26

Editorial

El Organismo Internacional de Energía Atómica –OIEA- aprobó en diciembre de 2010 la creación de un Banco Internacional de Uranio Levemente Enriquecido (ULE), para proporcionar este material a Estados Miembros que experimenten dificultades en obtener suministros en el mercado comercial, siempre que estos cumplan los compromisos de no proliferación que requiere dicha institución. Este Organismo se comprometió a crear un marco que defina la estructura de la reserva, así como la localización y el acceso por parte de los países que lo necesiten.
OIEA coordinará todas las actividades y utilizará uno o más centros de almacenamiento, considerando que el futuro Banco de Combustible Nuclear incrementará la seguridad del suministro.
La propuesta de creación del Banco partió de una iniciativa que previera amenazas nucleares y sentara las bases para que ningún país se viera en la necesidad de emprender sus propios programas de enriquecimiento. De esta forma, el uranio enriquecido estaría disponible exclusivamente para países con programas nucleares con fines pacíficos y que experimenten dificultades insuperables de tipo técnico o político, para abastecer sus centrales. Los países candidatos deben ser miembros del OIEA y con aceptación expresa al régimen de no proliferación y salvaguardias de este Organismo.
Por su parte, Rusia anunció en noviembre del mismo año, que ha constituido ya una reserva de 120 toneladas de hexafluoruro de uranio ligeramente enriquecido, con destino a países miembros del OIEA y luego que en marzo de 2010 se firmara un acuerdo entre este organismo y la Corporación Estatal de Energía Atómica de Rusia (Rosatom), constituyéndose el primer paso para la creación del primer Banco Internacional de Combustible Nuclear gestionado por OIEA. El material se encuentra en un almacén en el Centro de Enriquecimiento de Uranio de Angarsk, cerca de Irkutsk, Siberia y contaría de uranio levemente enriquecido suficiente para dos núcleos de un reactor de una potencia del orden de 1200MWe. Rusia produciría el material y lo almacenaría. OIEA administraría los contratos, a precios del mercado, la solución constituiría sólo un respaldo para casos concretos y urgentes, y no interferiría con el mercado normal de combustible nuclear, que el organismo considera totalmente fiable.
OIEA considera este plan como un esfuerzo para aumentar la seguridad de suministro, disminuyendo la posibilidad de restricciones injustas en el abastecimiento a países con programas pacíficos, tratando de evitar a su vez, planes de enriquecimiento doméstico que presenten peligro de proliferación.
En este contexto el Banco Internacional de Combustible Nuclear, se presenta bajo un marco de un proyecto internacional, en que se postulan diferentes escenarios y alternativas fijadas en torno a estrategias del combustible nuclear reciclado. Con esto solamente un grupo de Países Miembro estarían en condiciones de desarrollar esa tecnología, mientras que el resto de los países se servirían de los elementos combustibles manejando sus sistemas nucleares como una “caja negra”, a los cuales ingresa el combustible fresco-nuevo y sale combustible gastado que vuelve al Banco Internacional.
En los últimos años, por decisión del Gobierno Nacional y en consonancia con el renacimiento nuclear a nivel internacional, CNEA se abocó a la recuperación de sus capacidades e instalaciones del ciclo de combustible nuclear incluyendo las de enriquecimiento de uranio que habían sido paralizadas en el pasado. Parte del desafío planteado por esta reactivación fue además acompañar el desarrollo de las actividades con un alto grado de responsabilidad respecto de la seguridad y el ambiente.   
Por ello, Argentina, a través de CNEA y las empresas asociadas FAESA. y CONUAR S.A., cuentan con un sector que se dedica desde la década del ´70, al desarrollo, diseño, ingeniería y fabricación, tanto de los elementos combustibles para las centrales nucleares argentinas de Atucha I, Atucha II y Embalse, como de los cinco reactores experimentales RA-0, RA-1, RA-4, RA-6 y RA-8 destinados a investigación, desarrollo y docencia y el reactor RA-3, donde además se producen radioisótopos para uso medicinal e industrial. Por otra parte, con la reactivación del Complejo Tecnológico Pilcaniyeu, se busca consolidar la posición del país en la tecnología de enriquecimiento de uranio, para lograr su independencia en la formulación de estrategias energéticas.
De esta forma Argentina, mediante la producción nacional a través del desarrollo creciente de su propia industria nuclear, ha abastecido de elementos combustibles a las centrales nucleares y los reactores experimentales y de producción de radioisótopos. Asimismo, con las capacidades tecnológicas y de investigación que posee en el área del ciclo del combustible nuclear, estaría en condiciones de satisfacer los futuros requerimientos. 

Comisión Nacional
de Energía Atómica
CNEA

 

| volver al sumario |


Nota

EL material del Presente Boletín puede ser reproducido libremente. Se debe indicar su procedencia y remitir la transcripción a boletin@apie.com.ar.

Si desea desuscribirse del listado de éste boletín envíe un e-mail a: apie@apie.com.ar con el asunto "borrar".

Asociación Profesional de Ingenieros Especialistas

JUJUY 441 - PLANTA ALTA - CP: 5000
CORDOBA - ARGENTINA
Tel./Fax: (0351) 423 6074
E-mail: apie@apie.com.ar

Diseño y Distribución del Boletín: Contacto Tecnologico