El escenario económico mundial en el año 2012.
Escrito por Salvador Treber - Profesor de Postgrado-FCE-UNC |
Luego de ocurrida la virtual explosión en el circuito financiero estadounidense del 15 de septiembre de 2008 que rápidamente puso al descubierto una aguda crisis que se venía incubando desde principios del siglo en toda la actividad productiva, pudo verificarse con creciente preocupación que esa problemática se extendía a todo el área de a Unión Europea y que no sería nada fácil superarla. Los signos más alarmantes están referidos a la creciente desocupación que, como consecuencia de tales hechos, generó alrededor de 44 millones e incluso esta cifra tiende a subir hacia fines del corriente año. Los pronósticos son confusos y, en general, dudan que esas condiciones mejoren en los próximos tres años.
Llama bastante la atención que existan tan pocos trabajos que, superando la etapa descripta de lo ocurrido, avancen con cierta firmeza en proyectar lo que puede acaecer en los próximos años y mucho menos aún, en los países que están inmersos en dicha situación. No obstante a fines de abril de 2011, en oportunidad de realizarse la acostumbrada reunión semestral, el F.M.I. hizo conocer el “Informe de Perspectivas Económicas” que constituyó el primer documento abarcativo del tema; obviamente con pleno conocimiento de las condiciones vigentes en todas las áreas del mundo y, en especial, de la profunda recesión que afrontaba Estados Unidos, la Unión Europea y Japón.
En su desarrollo, el trabajo además de examinar por áreas las problemáticas reinantes, encara un análisis de su más probable evolución hasta el año 2016 y la adecua para cada uno de los países que lo integran. Cabe mencionar que en ese contexto, aparece nuestro país para el año 2010, situado en el rango 21º en función de su P.B.I. -calculado bajo la metodología P.P.A- con u$s 642.4 miles de millones. Pero los aspectos más salientes están referidos al anuncio que en ese lapso Estados Unidos será desplazado al segundo lugar en el podio por parte de China. Esa visión parece muy bien fundada pues nadie la ha objetado y, por el contrario, desde ese momento viene siendo tenida en cuenta como ajustada a la realidad de los hechos. Si bien ese era el objetivo prioritario, el referido organismo también procedió a elaborar una proyección hasta 2016 de todos los demás integrantes de dicho ente; en el cual, el indicador se eleva para Argentina a u$s 910.3 miles de millones para fines de este último año, siendo después de China e India, la economía con mayor perspectiva de crecimiento. Por otra parte, los especialistas más reconocidos están contestes que en el transcurso de esos seis años, nuestro P.B.I. seguirá expandiéndose a una tasa anual aproximada del 6.0% acumulativo. Debe advertirse además que del colectivo completo de países, en la franja que confluyen las diez economías más poderosas del planeta, sólo China, India y México crecerán mientras que Italia, resalta por su continuo retroceso pues antes estaba ubicada décima y está perdiendo ese rango.
Respecto al caso más notable, el de China, la proyección hasta 2016 exhibe para el mencionado lapso de seis años un ritmo que le permitirá elevar su P.B.I. de u$s 11.220.1 miles de millones a nada menos que u$s 18.976.7 miles de millones (+69.1%); es decir, manteniendo a un promedio anual de crecimiento del 9.0%. En cambio, Estados Unidos, permanecería virtualmente estancado y, en consecuencia, resignaría el primer lugar al quedar en u$s 18.807.5 miles de millones. Pero lo que se augura sucederá en Argentina, para el mismo lapso, reviste enorme trascendencia pues implicaría que la renta “per cápita” trepará a u$s 21.670; o sea que en el período 2008-16 el F.M.I. prevé en este aspecto una expansión del 54.8%, siendo también el tercero mas alto del planeta.
Resulta de especial interés completar esta última información a través de un enfoque más específico a través del examen de la evolución habida en cuanto al avance de los sectores productores de bienes y de servicios. Dentro de los primeros, después de las rotunda caída del año 2002 (-11.7%) no se ha reiterado ninguna otra tasa negativa, salvo la de 2009 (-3.5%) que acompañó al comienzo de la crisis de las economías más desarrolladas pero, aún así, la media de los nueve años (2003-11) ascendió a 7.7% y, si se excluye ese año atípico, trepa a 9.1%. Los indicadores de la Construcción, aunque muy irregulares, hacen subir el promedio a un inusitado 14.1% que suceden a la caída del 33.4% operada en 2002 -la mayor entre todas las actividades productivas-, poniendo en evidencia el “salto” que dio entre 2003 y 2006 pues el total de dicho cuatrienio ascendió al 144.0%.
En segundo lugar aparece no sólo por sus índices propios sino por la interinfluencia inductiva respecto del resto del esquema, la industria manufacturera. El promedio correspondiente a su tasa de crecimiento en los mencionados nueve últimos años ha sido del 8.7%; aún computando el -0.5% que arrojó en 2.009. Si no se toma en cuenta la precitada media llega a un muy ponderable, casi excepcional, 9.9%. Esto contrasta con lo sucedido en la actividad agropecuaria, donde en los nueve años arroja un bastante modesto promedio (+4.2%), y dado que en 2009 tuvo el máximo índice de descenso de ese año (-15.8%) al no considerarlo, el promedio de los restantes ocho años pasa a ser de +6.7%. En el ámbito de los servicios, la media del período 2003-11 fue de 7.2% y, si bien no hubo ningún año con tasa negativa en ese lapso, sin considerar 2009 en que descendió abruptamente (+3.2%), registra una leve mejora (+7.7%).
Dado el disímil comportamiento que registran las diversas actividades, en especial frente a la profundidad de la recesión que no cede en los países mas industrializados del planeta a excepción de una leve recuperación en EE.UU. pero sin reducir significativamente la desocupación (13.6 millones), resulta muy sintomático que no haya incidido demasiado en nuestra evolución ascendente. No obstante, hay que estar muy vigilantes por el eventual impacto o “rebote” que pudiera recaer sobre las economías de los “emergentes”; con los cuales Argentina, en los años precedentes ha podido mantener y acrecer su acelerado ritmo de intercambio. La información sobre los dos primeros meses de 2012, pese a la menor participación en nuestro comercio exterior de Brasil, exhibe un explosivo incremento en el saldo positivo del balance comercial (+68.8%). De extenderse esa tendencia, estaríamos marcando un verdadero record, a despecho de la mencionada baja generalizada que se vislumbra, continuará rigiendo en la mayor parte del Hemisferio Norte e incluso en los dos mayores países “emergentes” (China e India) se espera una reducción de dos puntos porcentuales.
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