A P I E   I n f o r m a

Boletín periódico bimensual | Número 18 - Agosto de 2011

SEGURIDAD VIAL

Pensé colaborar en la campaña para disminuir esa catástrofe nacional producto de la inseguridad en las rutas y calles.
Comencé, desde mi óptica de ingeniero, a intentar  explicar, con lenguaje sencillo, conceptos como el hidroplaneo, la influencia del dibujo en las cubiertas, la amortiguación , los frenos, distancias de frenado y otro largo etc.
Pero, de repente, comprendí que estaba equivocando mi planteo. La mayor causa de “accidentes” (no son tales) se deben a problemas de actitud, no de aptitud.
Ejemplos:
 El camionero que se larga a pasar a otro camión sabiendo que no tiene tiempo- espacio suficiente para hacerlo pero confía en que los autos que vienen de frente, de mucho menor porte, frenarán y se bajarán a la banquina para dejarlo pasar, sabe perfectamente lo que está haciendo, pero claro, el conoce la ruta de memoria y sabe que si no pasa a este “lenteja” ahora después por 15 o 20 Km. la ruta no se lo permite (excusas existen siempre).
El auto que viene de frente a 160 Km/hora, sabe también, pues leyó los carteles, que la velocidad máxima es de 110Km/hora pero el auto es nuevo, anda muy bien, el camino no está poceado, el es joven y de buenos reflejos, el pavimento está seco, todas razones que justifican, a su entender, que esa velocidad máxima no es para él, además no puede permitir que “esa catramina vieja” lo pase. Claro, no es lo mismo bajar de 110 a 60  que de 160 a 60 sobre todo después de porfiar con las luces a ese hijo de p… que se mete en MI carril, eso también lo sabe, y cuando finalmente se ve forzado a bajar a la banquina a 110 Km/hora y su auto comienza a efectuar trompos descontrolados sobre el pasto húmedo la culpa es del otro, o de la fatalidad.
Que decir del conductor “prudente, serio y responsable”, él no sale de la columna de autos que van a 70 detrás de un camión pero se niega a dejarle lugar para retornar a su mano al inconsciente que se largó a pasar porque  que se cree ese  #*@%& que ahora quiere ocupar MI lugar;  sin considerar que los demás ocupantes del auto en infracción y del que viene de frente no son cómplices del #*@%& pero van a ser víctimas y que el #*@%&, en su desesperación , puede decidir impactarme de costado antes que hacerlo de frente, con consecuencias para mi y mi familia.
O el conductor que ve y sabe el significado de una doble línea amarilla continua y el cartel de no adelantarse en una subida y sin embargo lo hace porque “vengo en velocidad”, después me va a costar acelerar para pasarlo y se encuentra con “ese animal” que viene de frente a 180 Km/hora y por otro lado “ese animal” que no bajó la velocidad en la subida, pese a que también vio la doble línea amarilla porque total no va nadie adelante  y cuando se encuentra de frente con el “imbécil” que se largó a pasar en la subida no tiene margen de maniobra para evitar la colisión.
En todos estos casos, y puedo continuar llenando páginas de ejemplos, el problema no está en que se haya ejecutado mal una maniobra por desconocimiento sino en que se efectuó una maniobra que no debió ejecutar por falta de respeto a los demás, por una hipervaloración de la propia capacidad, por el desprecio a las normas, por conductas hipercompetitivas.
Sino como podemos definir la conducta de aquel señor que se indigna considera desleal y hasta casi delictiva la conducta del inspector de tránsito que le efectuó una multa estando oculto o vestido sin uniforme, aceptando implícitamente que la infracción la cometió, pero olvida lo principal, que la infracción sigue siendo una infracción aunque no haya nadie para controlarlo y que si constituye una infracción es porque se trata de una conducta peligrosa.
Desgraciadamente existen otras personas también culpables de muchos “accidentes” que ni siquiera están en la ruta y me estoy refiriendo a esos señores propietarios de una flota de camiones que lejos de controlar a sus conductores para que cumplan con los periodos de descanso necesarios, por el contrario, incentivan a los mismos pagando un sueldo mínimo o “de convenio” y  jugosos premios por la cantidad de viajes realizados en la semana o mes a sabiendas que ese conductor pasa  manejando muchas mas horas que las prudentes, o la empresa de colectivos que presiona y no da los descansos necesarios a sus choferes porque “estamos en temporada, no podemos dejar los pasajeros y no vamos a contratar personal temporario, sale demasiado caro”
Creo que este es un problema de EDUCACION y que debe comenzar desde la casa pues, de que vale que la pobre maestra se esfuerce en  explicar a sus alumnos cual es la conducta a seguir frente a un semáforo, o tantas otras cosas si ese niño sube al auto con su padre/madre al volante y a la cuarta o quinta infracción que le marca su progenitor se vuelve intratable y descarga su ira en el niño o en cualquier otro que le quede a mano.
No cabe duda que una buena infraestructura vial facilita las cosas, lo mismo que un mayor rigor en los exámenes para entregar permisos de conducir pero que decir de aquellos “accidentes” ocurridos en autopistas por conductores profesionales como camioneros, conductores de colectivos y personas de mediana edad que acreditan muchas horas y muchos años al volante.
Considero que el abrir un registro nacional de conductores y establecer  un sistema de puntaje es muy positivo pero si se acompaña con un control permanente, sobre todo en las rutas, donde resultan mas peligrosas las conductas equivocadas, la verificación de las horas de descanso de los conductores profesionales, el control de alcohol y otras drogas, con equipos móviles que puedan efectuar el control en sitios distintos cada vez y con continuidad en las campañas.
También se debe hacer uso de las tecnologías mas avanzadas, hoy por hoy muchos camiones y ómnibus de larga distancia cuentan con seguimiento satelital por cuestiones de seguridad, podría servir para el control de esos mismos vehículos en otros aspectos
Asimismo muchos vehículos de gran porte cuentan con sistemas de control  que arrojan gráficos, en papel o extraíbles inalambricamente en los casos  mas modernos, donde están graficados tiempos de marcha y paradas, velocidades y otros datos que  pueden ser objeto de control por las autoridades.
Todo ello unido a fuertes campañas de concientización de la población en general  y fundamentalmente dando continuidad puede derivar en mejoras en el nivel de accidentes.

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