A P I E   I n f o r m a

Boletín periódico bimensual | Número 15 - Febrero de 2011

Argentina y el calentamiento global

El cambio climático ocupa un lugar preferente, no sólo entre la comunidad científica, sino en el conjunto de la sociedad
                                    
El cambio climático ocupa un lugar preferente, no sólo entre la comunidad científica, sino en el conjunto de la sociedad, afectada directamente por unas condiciones meteorológicas que, con frecuencia, adquieren rasgos catastróficos.
Con un débil desarrollo tecnológico, el hombre supo adaptarse a las condiciones del clima, supliendo sus efectos negativos mediante su inteligencia y su técnica. Posteriormente, acontecimientos estrechamente relacionados con el clima, acaecidos durante la década de los setenta, pusieron en evidencia la fragilidad de la sociedad actual ante eventos climáticos desfavorables.
Nuestra situación  no es menor frente al contexto global. Si bien no presenta altos índices de emisión de dióxido de carbono, nuestro país tiene un gran desafío por delante: un mejor control de los procesos agrícolas (teniendo en cuenta el alto grado de deforestación de los bosques nativos) y la implementación de manera seria y coordinada de los Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL).
Según los metereólogos, para la Argentina se espera que en promedios generales aumente el calor. Como consecuencia, muchas de las nubes cargadas de lluvia no van a llegar al interior, sino que van a dejar su carga en las zonas costeras. Esto significa que vamos a tener una combinación de grandes lluvias en las zonas costeras con sequías en el interior.
Según la Red de Estudios Sociales en Prevención de Desastres en América Latina, entre 1971 y 2003 ocurrieron en Argentina más de 13 mil eventos catastróficos entre inundaciones, incendios, nevadas, contaminaciones, sequías, vendavales, epidemias, explosiones, sismos, aluviones, lluvias, plagas, olas de calor, erupciones, entre otros. Más del 40% de los eventos evaluados son inundaciones y es la de mayor impacto negativo.
El dióxido de carbono (CO2) o anhídrido carbónico es el más importante por su mayor proporción en la atmósfera y su contribución al efecto invernadero es del 50%.
Los cambios en los usos de las tierras es la segunda causa de la contribución antrópica al CO2.

  1. En estos 32 años, las inundaciones provocaron 49,5 millones de hectáreas  de tierra anegadas, más de un millón y medio de evacuados, 3.812 muertos, 146 mil heridos, 47 mil viviendas destruidas y más de 114 mil viviendas afectadas.
  2.  Oposición al corte y aprovechamiento maderero de los bosques viejos, señalando que son los ecosistemas más ricos en carbón fijado del planeta; que son vitales para la gente indígena, rica en plantas y animal e irremplazable en cualquier escala de tiempo.
  3. Promover la plantación de árboles de especies diversas que no sean monocultivos, como una medida de corto plazo para captación de carbón.

Coincidimos totalmente con  “La Voz del Interior” que expresa en un Editorial: “…el país padece una gigantesca devastación ecológica, que no parece preocupar al Poder Ejecutivo Nacional (PEN). Lo que le interesa a éste es que no se detenga la expansión del cultivo de soja, que sigan creciendo las exportaciones de esta oleaginosa y, correlativamente, las retenciones que le brindan ingentes ingresos”.
Y podemos agregar el desarrollo no sostenible, no planificado de cultivos como el maíz, girasol, sorgo y otros, a costa de la tala indiscriminada de los bosques.
Agrega el mencionado Editorial: “En los últimos 100 años, la Argentina ha perdido 82 por ciento de sus bosques nativos. Y la tala prosigue a un ritmo irracional”.
En Argentina una de las más serias aristas desde la que se ha tomado acción contra el calentamiento global, ha sido el nivel de precipitaciones y el derretimiento de los glaciares..
Debe ser de particular llamado de atención la intensidad de las lluvias en el norte de la provincia de Salta, el notable aumento del caudal del río Tartagal, la deforestación de sus zonas aledañas ejecutadas por entes privados y los consecuentes y trágicos deslizamientos de tierras. No olvidemos, que en Abril de 2003, por causas antropicas, se inundó la Ciudad de Santa Fe, cuando el Río Salado se desbordó.


 Recordemos, en nuestra provincia, los desastres acaecidos en San Carlos Minas, en Enero de 1992, cuando una lluvia torrencial convirtió al inofensivo Río Noguinet, en un aluvión de 300 metros de frente por 8 metros de alto.
Es capital que nuestros científicos, climatólogos y técnicos, en un análisis y trabajo multidisciplinario, propongan las medidas conducentes a evitar las tragedias que se están produciendo en una escala cada vez mayor y que el Gobierno y los organismos competentes, las adopten como propias.

 

  1. No basta con crear, formular y publicar declaraciones sin un debido compromiso real. Más allá de los protocolos y los discursos elegantes están los desafíos reales. Los problemas Ecológicos y de Seguridad nos afectan a todos por igual.
  2. En tanto las autoridades no tomen más seriamente la necesidad de intensificar el recorrido de este camino, los argentinos veremos modificado nuestro modo de vida antes de lo previsto.   
                                                             Ing. Luis Chernicoff

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