A P I E   I n f o r m a

Boletín periódico bimensual | Número 12 - Agosto de 2010

CIFRAS PARA PENSAR (1)

Una mirada sobre el Índice de Desarrollo Humano

Entre los indicadores más difundidos para comparar niveles de desarrollo económico y social alcanzados por una comunidad, se hallan el Índice de Desarrollo (ID), el Índice de Desarrollo Humano (IDH) y la medición de Hogares con Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI).Entre los indicadores más difundidos para comparar niveles de desarrollo económico y social alcanzados por una comunidad, se hallan el Índice de Desarrollo (ID), el Índice de Desarrollo Humano (IDH) y la medición de Hogares con Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI).
La presente nota tiene por objeto observar la evolución de nuestro país en términos del IDH que elabora el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), a partir de información suministrada por las agencias públicas responsables de la elaboración de estadísticas en cada país, en nuestro caso el INDEC. Asimismo se concluye con una crítica respecto a la omisión de variables que incorporen la propia sustentabilidad del desarrollo humano en el citado indicador.
El principal objetivo subyacente en la construcción del IDH es proporcionar referencias cuantitativas de las privaciones humanas y de las distancias existentes con respecto a metas posibles de alcanzar, lo cual permite identificar desvíos y monitorear la eficacia de las políticas en curso. El desarrollo humano puede definirse como el proceso a través del cual se amplían las oportunidades del ser humano. Abarca tanto el proceso de acceso a nuevas oportunidades así como el nivel de bienestar alcanzado. Procura distinguir entre dos aspectos del desarrollo humano, por un lado, la formación de capacidades humanas tales como un mejor estado de salud o mayores conocimientos; y, por el otro, el grado en que los individuos emplean las capacidades adquiridas.
A efectos de facilitar su medición cuantitativa, se toman en cuenta tres oportunidades básicas: la posibilidad de que el individuo pueda disfrutar de una vida prolongada y saludable; la oportunidad de adquirir conocimientos; y el acceso a los recursos necesarios para llevar un nivel de vida digno. De este modo, mientras el enfoque de “Necesidades Básicas Insatisfechas” generalmente se concentra en el análisis de los bienes y servicios mínimos requeridos por el individuo, el enfoque de desarrollo humano es más abarcativo y combina el proceso de producción y distribución de bienes y servicios con la expansión y el uso de las capacidades humanas. Dicho indicador es considerado una herramienta importante para analizar las tendencias a largo plazo en el desarrollo humano por cuanto mide el promedio de los avances en tres dimensiones básicas: vida larga y saludable, conocimientos y nivel de vida digno.

Composición del Índice de Desarrollo HumanoComposición del Índice de Desarrollo Humano


El IDH es un índice compuesto y se obtiene del promedio simple de tres índices: esperanza de vida, educación y Producto Bruto Interno (PBI). La última edición del Informe sobre Desarrollo Humano corresponde al año 2009 y cuenta con estimaciones del IDH en intervalos de cinco años para el período comprendido entre 1980 y 2007 en base a información de los 192 estados miembros de Naciones Unidas.
Dicho informe clasifica a los países en cuatro categorías:

  1. Desarrollo humano muy alto (IDH de 0,9 o más).
  2. Desarrollo humano alto (IDH de 0,8 a 0,89).
  3. Desarrollo humano medio (IDH de 0,5 a 0,79).
  4. Desarrollo humano bajo (IDH inferior a 0,5).

Mientras la primera categoría incluye a los llamados países desarrollados, las tres restantes comprenden a los llamados países en vías de desarrollo. De acuerdo al citado informe, que utiliza información para el año 2007, Argentina ocupa el puesto 49 en el mundo alcanzando la categoría de país con desarrollo humano alto con un valor de 0,866. Dentro de Latinoamérica, nuestro país ocupa el segundo lugar detrás de Chile. El cuadro 1 muestra la composición del IDH estimado para nuestro país, indicando la posición relativa que ocupa en el mundo y en Latinoamérica en cada índice.

Cuadro 1. Argentina: composición del IDH y ubicación en el ranking

Cuadro 2. Evolución del Indicador de Desarrollo Humano

A partir de observar la evolución del IDH en Latinoamérica (Cuadro 2) se pueden extraer algunas conclusiones preliminares. Lo primero que surge de los datos expuestos es que ningún país en términos absolutos se encuentra peor. El país que más ha mejorado su IDH en 27 años ha sido Brasil, seguido de Chile, Colombia y Perú. Si bien Argentina es el país que menos ha mejorado su IDH, se debe tener presente que al haber sido el primero en el ranking al inicio de la serie, tenía menos margen de mejora. Podríamos hacer el ejercicio de calcular el IDH considerando solamente los índices de expectativa de vida y educación, omitiendo en la medición la participación del PBI. En este caso, Argentina se ubica en el puesto 39 en el mundo y desciende al cuarto lugar en Latinoamérica, región en la que Cuba pasaría a ocupar el primer puesto por sus elevados estándares en materia de salud y educación.
Más allá de las conclusiones preliminares a las que puedan arribarse a partir de la lectura de un indicador como el aquí presentado, una conclusión definitiva es que la posición relativa de cada país en el mundo o dentro de una región está determinada siempre por el indicador que se utilice para la elaboración del ranking y de las variables consideradas en la construcción del indicador. La calidad de la información disponible también es una variable sustancial.
Estas limitaciones deben ser consideradas a la hora de sacar conclusiones a partir de indicadores como IDH o PBI para la emisión de recomendaciones de política. En el caso particular del IDH, la posición que ocupa nuestro país mejoraría sustancialmente si en su cálculo se introdujeran variables no tradicionales pero con alto potencial de impacto en las perspectivas del desarrollo humano hacia el futuro, como son aquellas que tienen que ver con la sustentabilidad, entre ellas, capacidad biológica y huella ecológica.

Por Juan Carlos Valero, jcvale@inti.gob.ar
INTI-Economía Industrial


INTI; Saber Como N°88

NOTA:
En próxima emisión expondremos la segunda parte de INTI “Saber Como” que completa el artículo expuesto.

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